Aun en países desarrollados, la deficiencia de hierro en mujeres embarazadas tiene una prevalencia alarmante con consecuencias adversas para la madre y el feto, lo cual debe mover al desarrollo de estrategias para mitigar este problema.

La deficiencia de hierro en el embarazo es un problema subestimado

Las mujeres en edad fértil tienen mayor riesgo de déficit de hierro (DH) debido a las pérdidas menstruales regulares, así como al aumento de la demanda de hierro durante el embarazo y la lactancia.

Durante el embarazo, el riesgo de DH y anemia por deficiencia de hierro aumenta debido a los requisitos adicionales de este nutriente para apoyar la expansión del volumen sanguíneo /masa de glóbulos rojos y el crecimiento del feto y la placenta.

A pesar de las recomendaciones y directrices internacionales sobre la detección y el tratamiento de la DH en el embarazo, sigue siendo un problema de proporciones epidémicas y, a menudo, no se reconoce ni se trata.

Un estudio realizado en Canadá, que incluyó 1.830 mujeres embarazadas del ámbito ambulatorio, reveló que el 91,3% de ellas tenían deficiencia de hierro (ferritina <50 μg /l), mientras que el 31,5% tenían niveles de ferritina entre 15-29 μg /l y el 49,4% tenían DH severa (ferritina <15μg /l). Esto confirma que la DH sigue siendo un problema subestimado, destacando una enorme brecha en la toma de conciencia, que exige estrategias para mejorar esta situación.

Highlights en deficiencia de hierro y embarazo

  • La deficiencia de hierro prenatal se ha relacionado con:
  • Bajo peso al nacer
  • Tamaño pequeño para la edad gestacional
  • Parto prematuro
  • Necesidad de transfusión de sangre para la madre
  • Hemorragia posparto
  • Efectos neurocognitivos a largo plazo en la infancia.
  • Los síntomas a menudo se descartan como normales y fisiológicos durante el embarazo, como la pérdida de cabello, los mareos, entre otros, y en consecuencia no reciben tratamiento.
  • La ferritina y la hemoglobina deben evaluarse de forma rutinaria en las visitas prenatales iniciales y de las 28 semanas.
  • La ferritina <30 ug /l es un diagnóstico de deficiencia de hierro.
  • El hierro oral es el tratamiento de primera línea.
  • La respuesta al hierro oral debe evaluarse midiendo el nivel de hemoglobina 2 a 4 semanas después del inicio del tratamiento.
  • El tratamiento debe continuar durante al menos 3 meses después de que el nivel de hemoglobina se normalice hasta 6 semanas después del parto.
  • El hierro parenteral es seguro y eficaz desde el segundo trimestre en adelante.
  • Se debe consultar a un hematólogo si el paciente tiene una hemoglobinopatía, como talasemia o anemia de células falciformes.

 

Bibliografía

  1. Kinga Malinowski et al. Iron deficiency and iron deficiency anemia in pregnancy. CMAJ. 2021 Jul 26; 193(29): E1137–E1138.

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