Epilepsia

Epilepsia: Síntomas, causas y tratamiento

 

¿Qué es la epilepsia?

La epilepsia es una enfermedad crónica que se produce como consecuencia de una descarga anormal y excesiva de un grupo de neuronas y se manifiesta en forma de crisis recurrentes.

Las neuronas son células del cerebro que envían información entre sí a través de sustancias -llamadas neurotransmisores- o por medio de impulsos eléctricos.

La epilepsia es una de las consultas más frecuentes al servicio de neurología y uno de los desórdenes neurológicos más comunes que afecta aproximadamente a 50 millones de personas alrededor del mundo.

La epilepsia puede aparecer a cualquier edad, pero es más frecuente en los dos extremos de la vida: durante la infancia y adolescencia o luego de los 60 años.

En la Argentina existen más de 200.000 personas con esta enfermedad.

 

¿Cómo se manifiesta?

Las crisis epilépticas pueden presentarse de diferentes maneras –según el área del cerebro afectada-y pueden ocurrir en una sola área del cerebro -crisis focal- o afectar a todas las áreas -crisis generalizada-.

Algunas manifestaciones de las crisis pueden ser:

  • Espasmos musculares o movimientos incontrolables del cuerpo
  • Pérdida de tonicidad muscular que en algunos casos hace caer a la persona al suelo o extremada rigidez
  • Pérdida del conocimiento, confusión, o simplemente desconectarse transitoriamente del medio
  • Alteraciones sensoriales
  • Actos repetitivos sin finalidad como por ejemplo abrocharse o desabrocharse botones

La mayoría de las crisis duran poco tiempo, entre varios segundos a dos minutos; luego la persona se recupera normalmente y en algunos casos puede quedar con sueño.

 

¿Qué la origina?

La enfermedad se conoce desde la antigüedad donde le atribuían todo tipo orígenes: sobrenaturales, sagrados, maléficos.

Algunas crisis epilépticas pueden deberse a una lesión aguda del sistema nervioso central, que puede ser de origen metabólico, tóxico, estructural, infeccioso o inflamatorio, y se la conoce como epilepsia secundaria o sintomática, pero muchas veces no existe una causa identificable y se llama epilepsia idiopática.

Hay factores que no son la causa pero pueden favorecer a que se desencadenen las crisis, como por ejemplo:

  • El alcohol
  • Las drogas
  • La falta de sueño
  • Fiebre
  • Luces parpadeantes

La epilepsia no es contagiosa.

 

Existen relatos donde citan a muchas personalidades célebres que han tenido epilepsia como Alejandro Magno, Juana de Arco, Napoleón Bonaparte, Albert Einstein, Vincent Van Gogh, Isaac Newton entre muchos otros.

 

Una convulsión no siempre es epilepsia.

La convulsión es un fenómeno en el que una parte, varias, o todo el cuerpo sufre violentas contracciones -convulsión tónica- o sacudidas violentas -convulsión clónica-.

Las convulsiones pueden ser manifestaciones de diversas enfermedades, como por ejemplo niveles bajos de sodio o glucosa en sangre, fiebre elevada, drogas, entre otras.

 

¿Qué estudios se realizan?

A toda persona que tuvo un cuadro compatible con una crisis epiléptica el médico le realizará un interrogatorio detallado sobre sus antecedentes, un examen físico completo, y además de los estudios de rutina se suelen solicitar:

  • Electroencefalogramas
  • Estudios por imágenes como la resonancia nuclear magnética y la tomografía computada

Estos últimos estudios sirven para descartar causas estructurales,

y en algunos casos especiales, cuando quedan dudas o se plantean diferentes tratamientos, pueden solicitarse otros estudios como el videoelectroencefalograma.

El neurólogo es un médico que se especializa en el tratamiento de enfermedades del sistema nervioso, incluyendo la epilepsia y un epileptólogo es un neurólogo que se especializa en el tratamiento de la epilepsia.

 

¿Qué hacer frente a una crisis?

Es muy importante que las personas que se encuentran con aquella que sufre una crisis epiléptica mantengan la calma.

No se deben colocar cosas en la boca del paciente ni tratar de inmovilizarlo por la fuerza y se deben alejar objetos para que no se golpee, como también poner algo blando debajo de la cabeza.

Colocarlo de costado en cuanto se pueda para facilitar la respiración, aflojarle las ropas apretadas y -antes de dejarla sola- ver que se haya recuperado totalmente y que no esté confusa.

Para comprobar que no esté desorientada pregúntele, por ejemplo, la fecha o el lugar donde está.

Es importante que la persona que la asiste controle el tiempo que dura la crisis. Algunos casos donde se debe llamar al servicio de emergencias:

  • Si la crisis epiléptica dura más de 5 minutos.
  • Si la crisis epiléptica se repite en corto espacio de tiempo.
  • Si no recupera por completo la situación previa, tras un periodo de tiempo prudencial después de la crisis epiléptica.
  • Si ha habido un traumatismo importante durante la crisis epiléptica.
  • Si la persona que ha sufrido la crisis epiléptica está embarazada.
  • Si se trata de una persona que no sea epiléptica. En este caso no se conoce la causa y puede tener una enfermedad aguda que requiera un diagnóstico y tratamiento urgente (por ejemplo, meningitis, trombosis cerebral, intoxicación, etc.).
 
 

Tratamiento y pronóstico

Existe un porcentaje de niños y niñas con epilepsia que superan sus crisis antes de llegar a la adolescencia así como el caso de adultos que remiten, pero nunca debe abandonarse el tratamiento sin la supervisión médica.

El uso de fármacos antiepilépticos sigue siendo el principal pilar para el tratamiento de la epilepsia. En la actualidad los tratamientos son eficaces en más del 70% de los casos.

Existen fármacos más nuevos con mejor perfil de seguridad y tolerancia. Lo importante es tener paciencia ya que puede llevar un tiempo lograr el control adecuado de las crisis.

En un grupo menor de pacientes que no responden a los tratamientos se puede evaluar la cirugía.

Somos uno de los primeros países en tener una Ley Nacional de Epilepsia que defiende los derechos de los pacientes y es importante conocerla.

 

Algunos consejos que pueden ayudar al éxito del tratamiento:

  • Trate de dormir lo suficiente.
  • Si su médico se lo ha aconsejado es importante practicar deportes.
  • Lleve un diario donde pueda anotar todas las dudas y miedos para hablar en su cita con el médico, esto le ayudará a eliminar mitos, y mejorar su adhesión al tratamiento.
  • Su médico le dará un plan de acción para las crisis. Asegúrese de que las personas que conviven o están cerca suyo tengan una copia del documento.
  • Es útil tener un registro de observación de crisis donde colocar el día que sucedió, cuanto duró, características. Esta es información que a su médico le resultará muy valiosa para evaluar su tratamiento.
  • Mantenga los medicamentos en un lugar conveniente para que tomarlos se convierta en parte de su rutina diaria.
  • Cuente con algún dispositivo que le recuerde el horario en que debe tomar la medicación ya que es muy importante que lo respete.
  • Consiga una cajita para comprimidos y coloque en ella la cantidad correcta para cada día.
  • Asegúrese de adquirir los medicamentos antes de que se le terminen.
  • No suspenda un tratamiento sin hablar con su médico.
  • No se aísle ni pretenda enfrentarlo todo solo, mucha gente estará dispuesta a ayudarlo, pero necesitan entenderlo.

Aprenda lo más que pueda acerca de la epilepsia para explicarle a sus amigos, familiares y otras personas que podrán ayudarlo. Al principio puede llevarle algo de tiempo en realizarse estudios y requerirá días de trabajo o, en el caso de hijos con epilepsia, ausencias escolares.

Es importante hablar y entrenar a los maestros para que se forme una red de apoyo en el colegio ya que el temor y la falta de colaboración aparecen cuando hay desconocimiento.

 

La mayoría de los pacientes tienen un buen pronóstico y con el tratamiento adecuado pueden disfrutar de la vida en forma plena.

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